sábado, 26 de junio de 2010

PEDAGOGÍA DEL AMOR Y DEL RESPETO



En sentido general, Amor "es el sentimiento que inclina el ánimo 'hacia lo que le place".

Bíblicamente San Juan en su primera carta Capítulo 4, 18 afirma que Dios es Amor; y por lo tanto es el atributo que mejor nos da a conocer la naturaleza de Dios; y Juan Pablo II en su encíclica Evangelium Vitae reafirma: "El mandamiento de Dios no está nunca separado de su amor; es siempre un don para el crecimiento y la alegría del hombre". "(E.V No. 52). Es la carta de ciudadanía para entrar en la morada celeste: "En la tarde de la vida se os juzgará por el amor" (San Juan de la Cruz).

¿Cómo podrá un ser inteligente andar desprovisto de amor, sí éste emana de Dios? nos interroga San Agustín.

Pedagógicamente basta citar la primera afirmación de nuestra escritora latinoamericana Gabriela Mistral en su conocido código del maestro: "Si no amas mucho, no enseñes niños...".

El Estado-Nación nos urge a un cambio desde la norma... y la propuesta evangélica del amor, nos cuestiona nuestra tarea educativa desde su esencia misma, ya que a ratos parece arrancar de raíz las expresiones mismas del amor, como son la alegría, el gozo, la entrega de sí.

¿En nuestra familia Presentación no fue acaso un acto de Amor universal, su origen, y su razón fundante?

Axiológicamente el amor aparece en la pedagogía del siglo XX en su corriente humanista como elemento constitutivo de un verdadero clima educativo y como valor unificador de los demás valores.

Por lo anterior urge, que en los albores del siglo XXI optemos por una Pedagogía del Amor y del Respeto; siendo éste último consecuencia del anterior, como actitud de atención y consideración al hermano, en el reconocimiento de su singularidad y originalidad, encarnando así el mandamiento nuevo: “Amaros a Dios con iodo el corazón y al prójimo como a tí mismo". Porque la educación del amor, se inicia como en todo proceso verdaderamente educativo de lo próximo a lo más remoto, desde dentro hacia fuera, desde la mismidad hacia la otridad, para juntos construir la anhelada civilización del amor, que restaure el tejido social del que somos responsables, y nos ayude a ver al otro como Persona - Pueblo - Nación.

Si teológicamente Amor es sinónimo de Caridad, su ausencia en nuestro quehacer educativo equivaldría a despojarlo de su espíritu, de su propia alma: "La caridad debe ser el alma de la Congregación". Y sólo el espíritu es el que da vida y renueva todas las cosas.

Al igual que a nuestras antecesoras nos apremia el llamado de la Pedagoga Marie Poussepin: "Los hermanos harán todos los esfuerzos para mantener viva esta divina virtud" (Reglamentos). Viva en el corazón, viva en nuestro quehacer diario, viva en nuestras aulas de clase, atacadas por la violencia en los corazones, en las palabras y en las actitudes. En una atmósfera de amor y de respeto. "Sin tener menos amor por los pobres que por los ricos o por las que les cueste aprender... al contrario se dedicarán a las que tengan más necesidad." (Reglas Generales).

La persona se definirá única e irrepetible, hija de Dios. Sujeto de deberes y de derechos, que se identifique como pueblo y construya una nación santa donde se posibilite el reino en el aquí y en el ahora. Sin diferencias, ni exclusivismos. Donde el amor se hará realidad en el "Nosotros"', el prójimo será el semejante nuestro "tratad de haceros amar y respetar al mismo tiempo" que evidenciará el "amaos los unos a los otros".

En el contexto que hemos definido sobre la Pedagogía del Amor y del Respeto pasamos, a presentar los valores y actitudes básicos que creemos necesario integrar en los procesos de aprendizaje de todas las áreas curriculares y en las diferentes etapas educativas:

1. Interdependencia: Como sistema de relaciones en su ámbito de los valores, se crea conciencia solidaria que nos lleva a empeñarnos por el otro; máxima expresión del amor "no hay mayor amor que dar la vida por los hermanos". ¿Acaso no fue Pascua el acto más solidario que pudo ver la humanidad? (Informe de H. Inés Mercedes 1994). ¿Y qué es la solidaridad para nuestros alumnos? ¿Qué formas pedagógicas trabajamos hoy, para crear conciencia solidaria?

Confrontando el Cap. XXVI de los Reglamentos, percibimos el eco de nuestra Fundadora: "...las hermanas no se ocupaban solamente por descansar su espíritu sino que con su trabajo ayudaban a otros." Y para su Santidad Juan Pablo II la solidaridad es la "nueva forma de la caridad".

2. Apoyo a estos principios:

2.1. Autonomía y Dependencia: No hagáis nada sino de común acuerdo.

2.2. Diversidad y Singularidad: "La universalidad no prescinde de la singularidad de los seres humanos, ni se opone a la unicidad" (Vertatis Spiendor).

2.3. Tolerancia y Exigencia: "Conocer más a los jóvenes, escogerlos tal como son" nos dice el documento capitular del 94.

2.4. Diálogo e Interiorización: "Las hermanas deben sembrar en los corazones tiernos las semillas de la piedad". (Reglamentos) Para que la palabra "otro" construya en mi existencia la dimensión trascendente.

2.5. Participación y Pertenencia: Como formas nuevas de vida y de misión para suscitar agentes activos, comprometidos en la tarea de evangelización, que abra nuevas perspectivas al milenio que se aproxima. Creando espacios de participación y reforzando la pertenencia como identidad, aflorará el sujeto-persona, en orden a realizar un fin o bien común que genere bienestar colectivo, democratización - COMUNIDAD.

Se tiene aquí el perfil de la Educadora en su identidad como tal, capaz de construir nuevas identidades, que posibilita la autonomía y la individualización, comprometida en la Pedagogía del Amor y del Respeto. "TRATAD DE HACEROS AMAR Y RESPETAR AL MISMO TIEMPO". (Reglas Generales).

No sólo el hombre sino el mundo, nos han sido confiados para nuestro propio cuidado y responsabilidad. Y como nos dice la Hermana Inés Mercedes en su informe 94»: "¿No será la hora de tomar en serio el gran vuelco que espera la humanidad, percibirlo como una hora de gracia y asumir lo que juntas nos hemos propuesto?".

“Marie Poussepin entendis que la Caridad es el ejercicio concreto del Amor”

VISIÓN ACTUAL DE ESTA PEDAGOGÍA
NUESTRO PARADIGMA

El Documento de Puebla establece la realización de "Cultura", definiéndola "El modo particular como en un pueblo los hombres cultivan la relación con la naturaleza, entre sí mismos y con Dios, de modo que puedan llegar a un nivel verdadero y plenamente humano". (No. 38). Es el estilo de vida humano. En Dios fuente de amor, Maestro por excelencia "Sólo un Maestro tenemos" se da el creador de la hermandad entre los hombres, a quienes les ha confiado un patrimonio común para su defensa, desarrollo y protección que propicie una vida feliz, sana y equilibrada: es la naturaleza.

Esto reivindica la urgencia de una verdadera Ecología Humana, donde el hombre se reafirma en su realidad de Hijo de Dios, de hermano de los hombres, defensor de la vida y creador de cultura. "Defender y promover, respetar y amar la vida es una tarea que Dios confía a cada hombre, llamándolo, como imagen palpitante suya, a participar de la soberanía que El tiene sobre el mundo". (Evangelium Vitae No. 42). Porque Dios se revela en cada cultura y es ahí donde hay que encarnar el Evangelio, nos reta el último Capítulo General.
Esta Propuesta asume:

LA DIFERENCIA Y LA SIMILITUD Optando por el pleno desarrollo de las potencialidades y las riquezas propias de cada ser humano, sin dar cabida a cualquier tipo de discriminación. (Art. 5 Ley General de Educación).

EL TENER Y LA CARENCIA como realidades humano sociales en la persona, con dinámica permanente de apertura de espíritu que renueva desde el interior. Identificando al "OTRO" desde el Nosotros. Seres con nueva ética integradora "...sólo cuando los miembros se reconocen unos a otros como personas" (...) "presentando sus carencias y sus derechos frente a la ineficiencia o a la corrupción de los poderes públicos..." (S.R.S.No. 39).

Pero ¿quiénes estamos en este Nosotros? Una realidad conformada por identidades integradas, empeñadas en la construcción de un mundo responsable y solidario, que nace en la conciencia de: Familia "... primera estructura fundamental a favor de la ecología humana, en cuyo seno el hombre recibe las primeras nociones sobre la verdad y el bien", "aprende qué quiere decir amar y ser amado, y por consiguiente qué quiere decir en concreto ser una persona". (Centesimus Annus No. 39).

Reglón - Comunidad y ampliando hasta el gran entorno interno y externo donde no hay excluidos y si los hay, deben tener la preferencia en nuestra misión como "Caridad en acto" "fuente de nuestra pasión por Dios y por el mundo".

Esta dimensión profética del carisma recibido es una expresión de la internacionalidad donde se vivencian los valores comunes que para nosotros pueden ser a partir de hoy pista de acciones educativas, iluminado en forma procesal nuestros currículos con los principios anteriormente citados y con las siguientes actitudes a manera de ejemplos:

• UNA NUEVA ÉTICA que se reafirma cuando se da como deber de ser responsables. "El hombre recibe de Dios su dignidad esencial y con ella la capacidad de trascender todo ordenamiento de la sociedad hacia la verdad y el bien" (Centesimus Annus No. 38).

• UNA CONCIENCIA SOLIDARIA, fundamento de la organización comunitaria. "... es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el Bien Común", es decir bien de todos y de cada uno. (S.R.S. No. 38)

• UNA FORMACIÓN ECOLÓGICA QUE AME EL PATRIMONIO DEL COLECTIVO. "El hombre llamado a cultivar y custodiar el jardín del mundo (c.f.f. gen. 2,15) tiene una responsabilidad específica sobre el ambiente de vida, o. sea, sobre la Creación que Dios puso al servicio de su dignidad personal, de su vida: respeto no sólo al presente, sino también a las generaciones futuras". (Evangelium Vitae No. 42)

• UNA COPARTICIPACIÓN QUE CRECE LAZOS DE PERTENENCIA.

• UNA CAPACIDAD DE IDENTIFICACIÓN CON EL "OTRO" para crear nuevas
identidades. "No existe el forastero para quien debe hacerse prójimo del necesitado, incluso asumiendo la responsabilidad de su vida..." (Evangelium Vitae No. 41).

Todo es posible cuando se genera el amor, valor integrador de los demás valores que conduce a la apertura de la mente y del corazón para encarnar nuevos paradigmas porque la Educación al estilo de Marie Poussepin debe recuperar su liderazgo. "Gracias a este corazón nuevo se puede comprender y llevar a cabo el sentido más profundo y verdadero de la vida: ser un don que se realiza al darse". (Evangelium Vitae No. 48).

Provincia de Medellín

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