• Pedagogía de la industria
• Pedagogía industrial
• Pedagogía científica
• Pedagogía humanista
• Pedagogía moderna
• Pedagogía de... abierta a la vida, a la novedad, a las culturas, a los tiempos al nuevo milenio, a lo imperecedero, a lo trascendente...
¿Qué es la PEDAGOGÍA? ¿Un sistema, una teoría, una forma de llegar, de alcanzar, de dar respuesta a la necesidad de sistematización, orden, sentido?
Al hablar de PEDAGOGÍA, es indispensable considerar una antropología y por consiguiente todas las disciplinas teológico-filosóficas que entran a formar parte de una teoría general sobre el hombre, sobre la persona. Además no hay pedagogía que se construya sin una concepción del universo, del mundo.
La pedagogía ha de considerar al hombre desde un punto de vista especial, más allá de su ser de persona, ha de tener en cuenta su devenir, su evolución y su perfeccionamiento. Entramos a interiorizar la PEDAGOGÍA de la GRAVEDAD y del EQUILIBRIO, en el "carisma" de Marie Poussepin. "Sed dulces sin debilidad, firmes sin dureza, graves sin altivez".
Desentrañar el sentido profundo de este pensamiento de Nuestra Madre fundadora conlleva a descubrir no sólo la teoría y la práctica de una educadora que al legar a sus hijas un capítulo consagrado a la educación, entrega con él su alma y corazón y su experiencia de vida con las niñas y entre las niñas.
GRAVEDAD: Actitud reverente y cortés para obrar con moderación y prudencia frente al sujeto de la educación, la persona de nuestros educandos.
EQUILIBRIO: En consonancia con la gravedad expresa la armonía y la ecuanimidad en los juicios y en los actos.
MESURA: Manifestación sencilla y delicada de un rostro que refleja la interioridad de la educadora que "habla con Dios y de Dios" antes de acercarse al maravilloso mundo de la niñez y de la juventud.
Es aquí donde la sabiduría de Marie Poussepin cobra mayor sentido, mayor equilibrio, mayor estabilidad. Es la mejor respuesta al hombre de hoy, a sus necesidades e inquietudes a sus búsquedas y conquistas.
Urge una cultura científica y humanista, de ayer y de hoy, inmediata y de futuro, material y espiritual. Y es por eso que nuestra Pedagogía busca alcanzar una unidad interna: "Sed dulces sin debilidad". Una fortaleza decidida: "Firmes sin esperanza". Una profundidad coherente "Graves sin altivez".
La audacia de esta Pedagogía, va dirigida al que guía, al que orienta, al que es capaz de indicar el cambio; "no dejarán de hacer todo lo posible para formar personas que puedan perpetuar las buenas obras que ellas han emprendido..." (R.I) con la convicción de transformación, de leyenda mutua, de esperanza y de fe.
Marie Poussepin pretende al encontrar los valores del mundo que la pluralidad se realice en la unidad y en la libertad a la luz del Evangelio, para que la cultura sea verdaderamente desarrollo y celebración del hombre y responda a la libertad y totalidad de la persona con la exigencia del corazón y no de agresividad y dureza "corregid sin encolerizaros".
Marie Poussepin mira contemplativamente el mundo de su época y siente la presencia del Señor que la invita a dar respuesta a su propia realidad y a continuar su acción amorosa en la educación del mañana.
La PEDAGOGÍA DE LA GRAVEDAD lleva al encuentro:
- del Evangelio con la cultura
- del Evangelio con el hombre
- Del evangelio con los otros
Hoy la cultura no es búsqueda del sentido de la propia vida, sino afirmación del poder del hombre. El problema del hombre se convierte en "qué hacer para conocer la realidad y dominarla". La educación se considera como capacidad de controlar instrumentos de conocimiento, de controlar dinámicas de aprendizaje y de tener competencia científica en ciertos campos del saber, "el conocimiento conquistó el mundo".
¿Hemos sido lo suficientemente claras y profundas en nuestra misión como educadoras?, caritativas, fervorosas en la piedad, dulces,, pacientes, modestas, prudentes, ejemplares, ilustradas en los caminos de la salvación. Instruidas en los métodos de enseñanza... (R.XXVII).
Dejar entrar a Dios en nuestra vida, supone una actitud de apertura, de abandono, de fraternidad, de paciencia, de gratuidad, ir radicalmente contra la actitud moderna de politizar, dominar y vivir de la imagen.
El hombre moderno se ausenta de Dios.
¿Cómo orientarlo nuevamente hacia El?
¿Cómo motivarlo a conservar la presencia de Dios en todas sus acciones?
¿Cómo hacerlo pasar de una fe sociológica a una fe personalizada?
La Pedagogía de la GRAVEDAD, frente a la cultura ha de expresarse en el trato respetuoso y cortés con la persona del educando, en lo cotidiano para escuchar, escoger, buscar, y compartir con él la verdad humano científica que lo lleve a descubrir en la persona de JESÚS la plenitud de la misma verdad en el plano de lo transcendente: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn. 14,6) y en otras palabras: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" (Jn. 8,32).
Toda educación supone una Pedagogía.
La educación es un camino para crecer en humanidades el camino a lo largo del cual, el hombre llega a ser él mismo, para aceptarse, quererse, reconocerse, para descubrir su propia identidad y al Señor que lo ha creado. Es el camino hacia una conciencia madura del propio destino, y es también la responsabilidad de vivirlo.
Un proceso educativo en el mundo de hoy, a la luz del pensamiento de MARIE POUSSEPIN, debe extenderse a todas las personas sin distinción de fe y cultura. La educación no necesariamente está llamada a cristianizar ni a humanizar, ha de ser una presencia, un testimonio de "calidad", para que actúe y ejerza su acción en la persona y en la sociedad al ritmo de la historia y en el transcurso de la vida.
Si se educa según el "Carisma y la Pedagogía" de Marie Poussepin la educadora ha de conocer a fondo y de acuerdo a la realidad la persona de sus educandos y su entorno. No se ama lo que no se conoce y nuestros alumnos necesitan grandes dosis de amor y de ternura para ser formados: "Tened mucha ternura y vigilancia con la juventud que educáis: Tratad de haceros amar y respetar al mismo tiempo..." (Reglas Generales).
Preguntémonos:
¿Cuál es la calidad de nuestro testimonio y de nuestra misión como educadoras?
¿Somos auténticas formadoras de la persona por la investigación científica y la sabiduría de la fe?
En la Pedagogía de la GRAVEDAD y elEQUILIBRIO hay necesidad de mesura, armonía, estabilidad, alegría y ecuanimidad para ser fieles hijas de nuestra Madre Fundadora Marie Poussepin.
Provincia de Santafé
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• Pedagogía de... abierta a la vida, a la novedad, a las culturas, a los tiempos al nuevo milenio, a lo imperecedero, a lo trascendente...
¿Qué es la PEDAGOGÍA? ¿Un sistema, una teoría, una forma de llegar, de alcanzar, de dar respuesta a la necesidad de sistematización, orden, sentido?
Al hablar de PEDAGOGÍA, es indispensable considerar una antropología y por consiguiente todas las disciplinas teológico-filosóficas que entran a formar parte de una teoría general sobre el hombre, sobre la persona. Además no hay pedagogía que se construya sin una concepción del universo, del mundo.
La pedagogía ha de considerar al hombre desde un punto de vista especial, más allá de su ser de persona, ha de tener en cuenta su devenir, su evolución y su perfeccionamiento. Entramos a interiorizar la PEDAGOGÍA de la GRAVEDAD y del EQUILIBRIO, en el "carisma" de Marie Poussepin. "Sed dulces sin debilidad, firmes sin dureza, graves sin altivez".
Desentrañar el sentido profundo de este pensamiento de Nuestra Madre fundadora conlleva a descubrir no sólo la teoría y la práctica de una educadora que al legar a sus hijas un capítulo consagrado a la educación, entrega con él su alma y corazón y su experiencia de vida con las niñas y entre las niñas.
GRAVEDAD: Actitud reverente y cortés para obrar con moderación y prudencia frente al sujeto de la educación, la persona de nuestros educandos.
EQUILIBRIO: En consonancia con la gravedad expresa la armonía y la ecuanimidad en los juicios y en los actos.
MESURA: Manifestación sencilla y delicada de un rostro que refleja la interioridad de la educadora que "habla con Dios y de Dios" antes de acercarse al maravilloso mundo de la niñez y de la juventud.
Es aquí donde la sabiduría de Marie Poussepin cobra mayor sentido, mayor equilibrio, mayor estabilidad. Es la mejor respuesta al hombre de hoy, a sus necesidades e inquietudes a sus búsquedas y conquistas.
Urge una cultura científica y humanista, de ayer y de hoy, inmediata y de futuro, material y espiritual. Y es por eso que nuestra Pedagogía busca alcanzar una unidad interna: "Sed dulces sin debilidad". Una fortaleza decidida: "Firmes sin esperanza". Una profundidad coherente "Graves sin altivez".
La audacia de esta Pedagogía, va dirigida al que guía, al que orienta, al que es capaz de indicar el cambio; "no dejarán de hacer todo lo posible para formar personas que puedan perpetuar las buenas obras que ellas han emprendido..." (R.I) con la convicción de transformación, de leyenda mutua, de esperanza y de fe.
Marie Poussepin pretende al encontrar los valores del mundo que la pluralidad se realice en la unidad y en la libertad a la luz del Evangelio, para que la cultura sea verdaderamente desarrollo y celebración del hombre y responda a la libertad y totalidad de la persona con la exigencia del corazón y no de agresividad y dureza "corregid sin encolerizaros".
Marie Poussepin mira contemplativamente el mundo de su época y siente la presencia del Señor que la invita a dar respuesta a su propia realidad y a continuar su acción amorosa en la educación del mañana.
La PEDAGOGÍA DE LA GRAVEDAD lleva al encuentro:
- del Evangelio con la cultura
- del Evangelio con el hombre
- Del evangelio con los otros
Hoy la cultura no es búsqueda del sentido de la propia vida, sino afirmación del poder del hombre. El problema del hombre se convierte en "qué hacer para conocer la realidad y dominarla". La educación se considera como capacidad de controlar instrumentos de conocimiento, de controlar dinámicas de aprendizaje y de tener competencia científica en ciertos campos del saber, "el conocimiento conquistó el mundo".
¿Hemos sido lo suficientemente claras y profundas en nuestra misión como educadoras?, caritativas, fervorosas en la piedad, dulces,, pacientes, modestas, prudentes, ejemplares, ilustradas en los caminos de la salvación. Instruidas en los métodos de enseñanza... (R.XXVII).
Dejar entrar a Dios en nuestra vida, supone una actitud de apertura, de abandono, de fraternidad, de paciencia, de gratuidad, ir radicalmente contra la actitud moderna de politizar, dominar y vivir de la imagen.
El hombre moderno se ausenta de Dios.
¿Cómo orientarlo nuevamente hacia El?
¿Cómo motivarlo a conservar la presencia de Dios en todas sus acciones?
¿Cómo hacerlo pasar de una fe sociológica a una fe personalizada?
La Pedagogía de la GRAVEDAD, frente a la cultura ha de expresarse en el trato respetuoso y cortés con la persona del educando, en lo cotidiano para escuchar, escoger, buscar, y compartir con él la verdad humano científica que lo lleve a descubrir en la persona de JESÚS la plenitud de la misma verdad en el plano de lo transcendente: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn. 14,6) y en otras palabras: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" (Jn. 8,32).
Toda educación supone una Pedagogía.
La educación es un camino para crecer en humanidades el camino a lo largo del cual, el hombre llega a ser él mismo, para aceptarse, quererse, reconocerse, para descubrir su propia identidad y al Señor que lo ha creado. Es el camino hacia una conciencia madura del propio destino, y es también la responsabilidad de vivirlo.
Un proceso educativo en el mundo de hoy, a la luz del pensamiento de MARIE POUSSEPIN, debe extenderse a todas las personas sin distinción de fe y cultura. La educación no necesariamente está llamada a cristianizar ni a humanizar, ha de ser una presencia, un testimonio de "calidad", para que actúe y ejerza su acción en la persona y en la sociedad al ritmo de la historia y en el transcurso de la vida.
Si se educa según el "Carisma y la Pedagogía" de Marie Poussepin la educadora ha de conocer a fondo y de acuerdo a la realidad la persona de sus educandos y su entorno. No se ama lo que no se conoce y nuestros alumnos necesitan grandes dosis de amor y de ternura para ser formados: "Tened mucha ternura y vigilancia con la juventud que educáis: Tratad de haceros amar y respetar al mismo tiempo..." (Reglas Generales).
Preguntémonos:
¿Cuál es la calidad de nuestro testimonio y de nuestra misión como educadoras?
¿Somos auténticas formadoras de la persona por la investigación científica y la sabiduría de la fe?
En la Pedagogía de la GRAVEDAD y elEQUILIBRIO hay necesidad de mesura, armonía, estabilidad, alegría y ecuanimidad para ser fieles hijas de nuestra Madre Fundadora Marie Poussepin.
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